miércoles, 21 de octubre de 2009

Ángela nunca encontró la solución

Ángela actualmente una mujer de 28 años, fue víctima de una mala decisión (…) abortar, ella estaba por terminar la Universidad, era cuestión de unas semanas para salir como profesional, y además ya era madre de un bebé de dos años, ¡esto no iba a ser nada nuevo para ella! y bueno dice ella “me deje abrumar por todo lo que esto podía causar”, presionada, pensó que ya no iba a hacer nada de su vida, el salir triunfante junto con su cartón se hacía más lejos y sólo pensó en lo difícil que fue todo con su hijo y que ahora no era el momento, para que llegara otro.

Llena de hijos vio un futuro que no quería y en una superficial decisión recordó, todas las personas a su alrededor, todo lo que es vivir los comentarios de un embarazo no planeado y su decisión se perfilaba sin duda alguna; su pareja de aquel entonces, le manifestó querer tener el bebé, pero ella tenía muy claro que su opinión acerca del tema no era la misma, porque lo que ella quería en ese momento era cerrar los ojos y pensar que eso nunca había pasado.


¿Cómo solucionar el problema?, era ahora la duda que rodeaba a Ángela, pero como para toda pregunta hay una respuesta, alguien le dijo, a quien ella prefiere no nombrar, que había una clínica que practicaba abortos, que la clínica estaba en Chapinero y que no le iban a poner ningún inconveniente. Así que ella decidió ir personalmente al lugar del que le habían hablado y resolver sus propias preguntas.

Pero quienes la “asesoraron” nunca le hablaron claramente de los riesgos y mucho menos del error que estaba cometiendo con esta decisión, sólo aclararon el costo, que no dolía y que en dos meses se le iba a olvidar todo, porque como dice ella “para ellos esto era algo natural”. La presión y la confusión terminaron en aclarar su decisión el aborto estaba programado.

En el cuarto y en la fecha programada los nervios la invadieron, pero lo peor es que no entendía lo que realmente iba a suceder en su cuerpo, pues el egoísmo con el que pensó en algún momento, se convertía en un problema que ahora la rodeaba sólo a ella, al tener que pensar que todo lo que venía en adelante era su decisión, después de perder el conocimiento, por la anestesia, sintió el vacío que le hacía entender lo que había hecho.

Después de eso vino una depresión horrible, todo el tiempo llorando, todas las noches en vela y sus sueños llenos del como hubiese sido el bebé, que no nació. El aborto no solucionó nada, por el contrario creó en Ángela un problema que nunca dejó atrás.

MiTo o vErDaD

¿El aborto es legal en tres casos?
Violación, grave malformación del feto o peligro para la vida o la salud de la mujer

Igualmente la Secretaría señala que la denominada "objeción de conciencia" sólo puede ser aducida por un médico y no por la institución a la que se solicite la interrupción voluntaria del embarazo. La EPS será la que solucione internamente el conflicto para que se garantice el cumplimiento de la práctica del aborto en los casos despenalizados, que ya se conocen y son los directos responsables de la integridad física de quien solicite esta práctica.

En Bogotá, existen 57 instituciones públicas y privadas habilitadas para prestar de manera legal el servicio de interrupción voluntaria del embarazo, ya que cuentan con servicio de hospitalización, ginecología e instrumentación para realizar de manera adecuada esta intervención.
Además, La Secretaría de Salud, recordó que es obligación reportar los casos de interrupción voluntaria de embarazo que les sean solicitados; el no hacerlo puede generar incluso la apertura de una investigación, incluyendo falsedad en la información o la adulteración de los soportes.

En Profamilia entidad privada sin ánimo de lucro dedicada a ofrecer servicios de salud sexual y reproductiva y planificación familiar, tal como lo demostró la información, no indagarón por las circunstancias del embarazo como tampoco por las razones para abortar, pero si se les oriento y sugirió de manera clara una dirección en la que el aborto se realiza de manera adecuada y sin complicaciones.

Así mismo en las visítas realizadas a los centros médicos de la localidad de Chapinero, más exactamente en la zona de la 34 con caracas, donde se practican abortos de manera clandestina, se identificó de manera directa que estos lugares realizan abortos sin hacer ninguna indagación acerca de los motivos, pues lo único importante es “solucionar el problemita”.

lunes, 21 de septiembre de 2009

¿Cuáles son los métodos habituales en la práctica del aborto?

¿Cuáles son los métodos habituales en la práctica del aborto?

El aborto provocado tiene por objeto la destrucción del hijo en desarrollo en el seno materno o su expulsión prematura para que se muera. Para conseguir este resultado se suelen usar diversos métodos que en otras circunstancias se emplean normalmente, también en ginecología y obstetricia, y que se eligen atendiendo a los medios de que se disponga y a la edad del feto que hay que suprimir. Los métodos más utilizados son: aspiración, legrado, histerotomía (“mini-cesárea”), inducción de contracciones e inyección intra-amniótica.


¿Existen unas píldoras abortivas?

Aunque se ha intentado muchas veces el uso de medios con apariencias de medicamentos para producir abortos, hasta ahora sólo lo ha conseguido con alguna efectividad la llamada “píldora abortiva” (RU-486). Mediante su administración en época muy temprana del embarazo, antes de la sexta semana de vida del hijo, es decir, antes de que se produzca la segunda falta de la menstruación en la madre, se intenta que este preparado hormonal anule la función de la placenta en formación, con lo que se produce la muerte del hijo, que es en ese momento un embrión necesitando absolutamente de la función nutritiva de la placenta, y entonces ocurre su consiguiente expulsión con todas su envolturas. Si no se consiguen completamente los resultados perseguidos hay que recurrir a un legrado para consumar el aborto.

¿Cómo se practica un aborto por aspiración?

Se dilata primero el cuello uterino con un instrumental adecuado a esta función, para que por él pueda caber un tubo que va conectado a un potente aspirador. La fuerza de succión arrastra al embrión y al resto del contenido uterino, todo desecho en pequeños trozos. Una vez terminada la operación de succión se suele realizar un legrado para obtener la certeza de que el útero ha quedado bien vacío. Este método se suele utilizar cuando el embarazo es de menos de diez o doce semanas.

¿En qué consiste el método de legrado?

El legrado o raspado, también llamado “curetaje”, es el método que se usa más frecuentemente. Se comienza por dilatar convenientemente el cuello del útero, lo que sólo se puede hacer bajo anestesia. Luego se introduce en el útero una especie de cucharilla de bordes cortantes llamada legra o cureta, que trocea bien a la placenta y al hijo al ser paseada de arriba abajo por toda la cavidad del útero. Los trozos así obtenidos se extraen con la misma legra.

Este método suele practicarse sobre todo en los tres o cuatro primeros meses de la vida del hijo. Si el embarazo ha superado las doce semanas, las dificultades aumentan y hay que triturar muy bien el cuerpo del feto para sacarlo al exterior. A veces pueden quedar grandes restos en el interior del útero, por ejemplo la cabeza, y por eso el abortador debe identificar cuidadosamente todos los restos extraídos, para asegurarse de que no quedado nada dentro de la madre.

¿Por qué se usan estos métodos sólo en los primeros meses de embarazo?

Porque el hijo crece y se desarrolla muy rápidamente y pasado este tiempo su trituración y su expulsión por vía vaginal se hace muy difícil para quien realiza el aborto y muy peligrosa para la madre.

¿En qué consiste el método de abortar conocido como “mini-cesárea?

La cesárea es una intervención que se realiza al final del embarazo, y que consiste en extraer al hijo a través de una incisión en el abdomen de la madre, cuando por las causas que fuere no es posible su nacimiento por el conducto normal. Esta operación ha salvado muchas vidas tanto de madres como de hijos.

Una cesárea practicada cuando han trascurrido todavía pocas semanas de embarazo se llama mini-cesárea, y consiste en practicar una incisión en el útero a través del abdomen materno para extraer por ella al hijo, y la placenta. Este método se suele realizar en la decimoquinta o decimosexta semana del embarazo. Habitualmente se extraen niños vivos que eran viables, y entonces se le ha dejado morir sin prestarles los cuidados que posiblemente habrían permitido salvarlos, o bien se les ha provocado la muerte, habitualmente por asfixia.

¿En qué consiste el aborto por inducción de contracciones?

Consiste en la provocación de la expulsión del feto y la placenta mediante la administración a la madre, de diversas vías, las sustancias (prostaglandinas, oxitocina) que producen contracciones semejantes a las de un parto, las cuales provocan a su vez la dilatación del cuello uterino, y la bolsa en que está el hijo se desprende de las paredes del útero. El niño puede nacer muerto porque se asfixia en el interior de su madre, o vivo.

También se emplean en ocasiones, y previamente al uso de oxitócicos, unos tallos o dilatadores hidrófilos que, colocados en el cuello uterino, se hinchan progresivamente y lo dilatan.

¿En qué consiste el método de la inyección intra-amniótica?

Se inyecta en el líquido amniótico en que vive el hijo, a través del abdomen de la madre, una solución salina hipertónica o una solución de urea. Estas soluciones irritantes hiperosmóticas provocan contracciones parecidas a las del parto y con un intervalo de uno o dos días tras la inyección, el hijo y la placenta suelen ser expulsadas al exterior. En un cierto número de casos hay que efectuar después un legrado para asegurarse de la expulsión de la placenta.

Este método se utiliza en ocasiones para evacuar un feto muerto espontáneamente y retenido en el útero, y sólo puede usarse en un embarazo ya avanzado. Si se trata de provocar un aborto, es decir, si el hijo está vivo dentro de su madre y hay que suprimirlo, también el embarazo tiene que ser de cierto tiempo, de más de cuatro meses.


¿Se puede asegurar que estos métodos no son riesgosos para la mujer?

No. La palabra “seguridad” es completamente inadecuada para estas situaciones. En los abortos por aspiraciones existe el riesgo de infecciones e incluso de perforación del útero, y que a la hemorragia se una la lesión de órganos abdominales de la madre. Este riesgo se incrementa en los abortos por legrado. En los abortos por inducción de contracciones, las complicaciones más graves son las hemorragias y las embolias y en las mini-cesáreas se corre el riesgo de desgarros de la cicatriz y de infecciones sobreañadidas. En las inyecciones intra-amnióticas puede producirse el paso de las sustancias tóxicas al sistema circulatorio de la madre.

Es cierto que estas complicaciones no son frecuentes y que la mortalidad materna no es alta (aunque hay complicaciones y hay muertes), pero existen secuelas importantes derivadas de estas manipulaciones, que pueden influir seriamente en el desarrollo de embarazos posteriores.

Hay que mencionar también aquí el alto riesgo de alteraciones psíquicas que pueden aparecer muchas veces de forma tardía. El aborto supone frecuentemente para la madre, aunque se someta a él voluntariamente, un fuerte trauma psíquico.

En suma, ningún aborto es “seguro” para la mujer que aborta. Se trata tan solo de una manera de hablar, por contraposición a otros métodos que implican aún más riesgo.
Hoy día siguen usándose métodos caseros en los abortos clandestinos.

lunes, 31 de agosto de 2009

"El problema está solucionado... va a ser rápido"

EL PROBLEMA ESTÁ SOLUCIONADO… VA A SER RÁPIDO


Rostros de jovencitas con muchos miedos hacen parte cada día de la historia de lugares donde se dan cita la vida y la muerte, en el que la distancia entre una y otra puede ser sólo cuestión de minutos.

Sábado 12:00 del día, Entre agitadas calles y el bullicio de la gente delirante que viene y va y con la esperanza de encontrar los centros de planificación familiar, caminábamos sin saber que la realidad cruda que estaba próxima a nosotras ese día cambiaría la forma de pensar y de ver una zona residencial que aparenta estar llena de vida, comercio y jóvenes universitarios, una de la zonas más concurridas de la ciudad de Bogotá, en donde la mayoría ha pásado alguna vez: chapinero.

Tres mujeres que no superamos los 22 años, ignorábamos lo que ese día nos esperaba. Todo estaba planificado, las tres debíamos hacer el papel de jovencitas angustiadas que necesitaban ayuda. Al aproximarnos al primer centro que llamaremos “centro médico”, una de nosotras repasaba las líneas del libreto, por llamarlo de alguna forma. Cada quien ingresó por su cuenta, ya que debíamos simular que ninguna de las tres nos conocíamos, para recolectar información que por supuesto quedaría grabada en nuestros celulares. Una vez dentro, a cada uno sé nos designó un número que correspondería al turno. Una a una ingresamos a la consulta con la persona que respondería a nuestros interrogantes. Al salir del centro nos reunimos en la esquina para hablar de lo ocurrido.

Habíamos reunido bastante información que corroboraba que había un “centro médico” donde se podía terminar con la vida de un ser humano, aún no dimensionábamos lo que estaba a punto de pasar. Decidimos escoger al azar otro “centro médico”, lo cual no resultaba difícil ya que en la zona abundan estos lugares.

Cuando el reloj marca la una de la tarde, llegamos a un sitio con una apariencia diferente al primero. Este era una vieja casona, característica de Chapinero, nos adentramos al lugar, Esta vez entramos todas y una llevaba la tarea de hacerse pasar por embarazada.

Entramos y enseguida una señora de contextura delgada, nos preguntó “¿qué necesitan?”. Una de nosotras le dijo que se hizo una prueba de embarazo y que resulto positiva, que necesitaba realizarse un aborto y aunque la tarea parecía algo fácil en ese la gravedad del asunto y lo incomodo que es decir, “quiero matar la personita que llevo dentro” La “enfermera”, nos respondió con un tono de voz bajo, “claro aquí le resolvemos ese problemita, ¿Cuántos meses tiene?” A pesar de nuestra perplejidad por la respuesta tan inmediata debíamos continuar con el teatro. Lo primero que se vino a la mente fue: no sé. La preocupación por ser descubierta, no nos dejaba pensar en una respuesta más elaborada, luego le preguntamos por el costo, $150.000, La enfermera solicito una ecografía y de inmediato pasó un vaso de agua. El susto nos invadió, no sabíamos que hacer. Enseguida nos abordó una joven, que tenía el mismo uniforme de la enfermera y nos dijo que debíamos esperar, mientras preparaba todo para hacer la ecografía. La contestación fue “ya volvemos necesitamos hacer una llamada” de esa forma huimos corriendo del lugar. Estábamos asustadas e indignadas de la forma tan frívola de prestar un servicio mortuorio.

El aborto ha sido uno de los temas más polémicos y de discusión desde muchos puntos de vista, como se sabe, el aborto es la interrupción de la gestación de un ser vivo ya concebido. Al ser el aborto un acto que penaliza la ley, en la mayoría de los casos se realiza mediante procedimientos riesgosos en lugares inadecuados con instrumentos sin.

ya casi eran tres de la tarde , Caminamos media cuadra y nos abordó un hombre, dijo: “¿Qué están buscando niñas?”. Enseguida, y de forma suspicaz, una de nosotras siguió con el papel de embarazada y le contó su decisión de abortar. El hombre nos dio la dirección exacta de la clínica y dejó claro que el precio era accesible y que la intervención la realizarían dos doctores, Es algo rápido y fácil de hacer, y “se hace directamente por la parte vaginal, se acuesta en la camilla, abre la piernas, le meten un aparato especial, delgado y le duermen el lugar donde van a trabajar, así como cuando le curan una muela, y le sacan el coágulo, que es de tamaño de la uña”. El hombre quiso llevarnos de inmediato, pero nos negamos y le dijimos que lo pensaríamos.

Los siguientes tres “centros médicos”, resultaron iguales de interesados por solucionar nuestro supuesto problema embarazoso. Lo único diferente era, las fachadas de los lugares. En nuestra búsqueda habíamos robado los secretos de esas frías “clínicas”, preguntábamos y, ¿no se supone que es ilegal? ¿Qué papel desempeña la secretaria de salud? ¿Sabrán ellos de lo que se hace en estos lugares?