lunes, 31 de agosto de 2009

"El problema está solucionado... va a ser rápido"

EL PROBLEMA ESTÁ SOLUCIONADO… VA A SER RÁPIDO


Rostros de jovencitas con muchos miedos hacen parte cada día de la historia de lugares donde se dan cita la vida y la muerte, en el que la distancia entre una y otra puede ser sólo cuestión de minutos.

Sábado 12:00 del día, Entre agitadas calles y el bullicio de la gente delirante que viene y va y con la esperanza de encontrar los centros de planificación familiar, caminábamos sin saber que la realidad cruda que estaba próxima a nosotras ese día cambiaría la forma de pensar y de ver una zona residencial que aparenta estar llena de vida, comercio y jóvenes universitarios, una de la zonas más concurridas de la ciudad de Bogotá, en donde la mayoría ha pásado alguna vez: chapinero.

Tres mujeres que no superamos los 22 años, ignorábamos lo que ese día nos esperaba. Todo estaba planificado, las tres debíamos hacer el papel de jovencitas angustiadas que necesitaban ayuda. Al aproximarnos al primer centro que llamaremos “centro médico”, una de nosotras repasaba las líneas del libreto, por llamarlo de alguna forma. Cada quien ingresó por su cuenta, ya que debíamos simular que ninguna de las tres nos conocíamos, para recolectar información que por supuesto quedaría grabada en nuestros celulares. Una vez dentro, a cada uno sé nos designó un número que correspondería al turno. Una a una ingresamos a la consulta con la persona que respondería a nuestros interrogantes. Al salir del centro nos reunimos en la esquina para hablar de lo ocurrido.

Habíamos reunido bastante información que corroboraba que había un “centro médico” donde se podía terminar con la vida de un ser humano, aún no dimensionábamos lo que estaba a punto de pasar. Decidimos escoger al azar otro “centro médico”, lo cual no resultaba difícil ya que en la zona abundan estos lugares.

Cuando el reloj marca la una de la tarde, llegamos a un sitio con una apariencia diferente al primero. Este era una vieja casona, característica de Chapinero, nos adentramos al lugar, Esta vez entramos todas y una llevaba la tarea de hacerse pasar por embarazada.

Entramos y enseguida una señora de contextura delgada, nos preguntó “¿qué necesitan?”. Una de nosotras le dijo que se hizo una prueba de embarazo y que resulto positiva, que necesitaba realizarse un aborto y aunque la tarea parecía algo fácil en ese la gravedad del asunto y lo incomodo que es decir, “quiero matar la personita que llevo dentro” La “enfermera”, nos respondió con un tono de voz bajo, “claro aquí le resolvemos ese problemita, ¿Cuántos meses tiene?” A pesar de nuestra perplejidad por la respuesta tan inmediata debíamos continuar con el teatro. Lo primero que se vino a la mente fue: no sé. La preocupación por ser descubierta, no nos dejaba pensar en una respuesta más elaborada, luego le preguntamos por el costo, $150.000, La enfermera solicito una ecografía y de inmediato pasó un vaso de agua. El susto nos invadió, no sabíamos que hacer. Enseguida nos abordó una joven, que tenía el mismo uniforme de la enfermera y nos dijo que debíamos esperar, mientras preparaba todo para hacer la ecografía. La contestación fue “ya volvemos necesitamos hacer una llamada” de esa forma huimos corriendo del lugar. Estábamos asustadas e indignadas de la forma tan frívola de prestar un servicio mortuorio.

El aborto ha sido uno de los temas más polémicos y de discusión desde muchos puntos de vista, como se sabe, el aborto es la interrupción de la gestación de un ser vivo ya concebido. Al ser el aborto un acto que penaliza la ley, en la mayoría de los casos se realiza mediante procedimientos riesgosos en lugares inadecuados con instrumentos sin.

ya casi eran tres de la tarde , Caminamos media cuadra y nos abordó un hombre, dijo: “¿Qué están buscando niñas?”. Enseguida, y de forma suspicaz, una de nosotras siguió con el papel de embarazada y le contó su decisión de abortar. El hombre nos dio la dirección exacta de la clínica y dejó claro que el precio era accesible y que la intervención la realizarían dos doctores, Es algo rápido y fácil de hacer, y “se hace directamente por la parte vaginal, se acuesta en la camilla, abre la piernas, le meten un aparato especial, delgado y le duermen el lugar donde van a trabajar, así como cuando le curan una muela, y le sacan el coágulo, que es de tamaño de la uña”. El hombre quiso llevarnos de inmediato, pero nos negamos y le dijimos que lo pensaríamos.

Los siguientes tres “centros médicos”, resultaron iguales de interesados por solucionar nuestro supuesto problema embarazoso. Lo único diferente era, las fachadas de los lugares. En nuestra búsqueda habíamos robado los secretos de esas frías “clínicas”, preguntábamos y, ¿no se supone que es ilegal? ¿Qué papel desempeña la secretaria de salud? ¿Sabrán ellos de lo que se hace en estos lugares?

1 comentario:

  1. Si existe un hombre que sugiera a su pareja practicar el aborto, no sólo acaba con la vida de un niño, sino que arriesga la vida o la salud de la persona que dice es su mujer.

    ResponderEliminar